APRENDIZAJE INFANTIL

Tu hijo es en estos momentos como un pequeño viajero que inicia su viaje desde la nada: nace con una maleta vacía que trata de llenar día a día con toda clase de información, experiencias y sentimientos. Este equipaje, este bagaje invisible es lo que determinará, en gran medida, la calidad integral de su personalidad.
Este viaje ya ha empezado. Y la maleta ya se está llenando, lo queráis vosotros o no.
Tú puedes ayudarle a llenar esa maleta con el mejor material posible. Puedes llenarla de curiosidad, de autoestima, de lógica matemática, de capacidad



inductiva...de estructuras neurológicas de calidad que le permitan desarrollarse en todas las áreas de su potencial crecimiento según su propio ritmo de aprendizaje.
 

¿Qué es la Educación Temprana?
Cuando hablamos de Educación Temprana nos referimos al conjunto de estímulos, cuidados y atenciones que podemos brindar a un niño durante su primera infancia para que desarrolle de forma óptima todo su potencial.
Los padres somos los primeros educadores, los más imprescindibles, los que más influencia tendremos sobre el desarrollo de nuestro hijo. Por eso debemos conocer las leyes que rigen el crecimiento cerebral para poder ofrecerle los estímulos adecuados en cada etapa de su más tierna infancia.
Fue la pediatra italiana María Montessori quién asentó las bases de la Educación Temprana durante el primer tercio del siglo XX. Sus exhaustivas y revolucionarias investigaciones sobre educación demostraron que los seis primeros años de vida son una etapa fundamental para la educación del niño y que los sentidos juegan un papel esencial para todo el proceso de aprendizaje.
Cabe también citar a Glenn Doman, un fisioterapeuta americano, que apostó por adecuar con enorme éxito los principios de la Educación Temprana a las necesidades de los niños discapacitados para ocuparse después de los niños sin discapacidades; al músico japonés Suzuki que elaboró el famoso método musical a través del cual cualquier niño puede aprender a tocar un instrumento desde los tres años, o a Rachel Cohen, inspectora del ministerio de educación francés, quien difundió, con sus libros, la idea de que no era necesario esperar a los seis años de edad para iniciar a los niños en el aprendizaje de la lectura. Y a los miles de padres de todo el mundo que, con o sin intencionalidad, ofrecen a sus hijos los mejores estímulos y las mejores intervenciones de las que son capaces, conscientes de la trascendencia de su papel.


¿Por qué empezar tan pronto?
La educación temprana se fundamenta en la capacidad que tiene el niño para formar circuitos neuronales en los primeros años de vida, porque realizamos gran parte de estas conexiones básicas entre los 0 y los 6 años. A esta edad el niño alcanza el 80% de su crecimiento cerebral y no porque aumente el número de neuronas, sino porque aumenta el número de circuitos y la mielinización de estas células nerviosas. De la calidad de los circuitos neuronales desarrollados en este tiempo dependerá después su capacidad para aprender.
Es nuestro objetivo proporcionaros toda la información y actividades necesarias que os permitan incidir con rigor durante estos años de extremada plasticidad neurológica.
Aprovecha estos primeros años y haz cuanto puedas para educar a tus hijos, para hacerlos crecer integralmente y dotarles de las herramientas, actitudes y habilidades necesarias que le permitirán en el futuro dominar su entorno con éxito y ver la vida como un sitio lleno de oportunidades estimulantes.


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